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Foto del escritorMala en la Cocina

Salmón crujiente con pickles mágicos

Y la historia de cómo el salmón encaminó mi día.


Desde que me mudé a este barrio muchas cosas cambiaron. Mis actividades diarias ahora incluyen huertear y atender 3 perros, a veces lucho con cuises y nutrias, la frase "cuidado, una araña" entra en cualquier conversación, y así muchas cosas.


Se imaginarán que, viviendo más lejitos, mis hábitos de consumo cambiaron y me volví la maestra de arreglarme con lo que haya. Ni les cuento que a la fecha llevo 15 meses sin ir al supermercado. De verdad. ¿Cómo me arreglo? Con las tiendas naturales y el verdulero móvil, principalmente, y una ocasional visita a la carnicería.


El tema es que antes vivía a una cuadra de la pescadería y comíamos pescado al menos tres veces por semana. No me costaba nada ir y chequear qué había llegado fresco y a veces, si tenía mucho apuro, encargaba las milanesas ya horneadas y listo. La historia que viene a colación hoy es que desde que me mudé a esta casa, hace un año y pico, pandemia de por medio, compré pescado fresco sólo tres veces. ¿Por qué?, dirán.


Porque cada vez que pasaba tenía que hacer otras cosas y no quería tenerlo sin refrigerar mucho tiempo, porque no coincidía el horario, porque tenía miedo de ir específicamente y que no hubiera nada fresco, porque me arreglaba con otra cosa que tuviera más a mano, porque total comemos pescado los domingos en Madryn, y mil cosas más. ¿Saben cuál es la verdad? Que no estaba en mis prioridades.


Y así, un pescado, que por más hermoso que es no deja de ser un pescado, me recordó ayer que en mi intención de ser práctica, ecológica, low-maintenance, simple, por evitar un esfuerzo, dejé de hacer algo que para mí es importante. La verdad de la milanesa es que si algo, lo que sea, no está en el top de nuestras prioridades, es probable que encontremos mil razones por las cuales no hacer algo. Sólo digo.


 

Salmón crujiente

2 porciones


400g salmón rosado cortado en dos partes

3 cdas de semillas de chía

1 cda semillas de lino

1 cda semillas de girasol

Sal marina


Pickles

1 cebolla

1 cdta sal marina

1 cda azúcar

condimentos a gusto (usé coriandro, salvia y pimienta)

1/2 taza de vinagre de alcohol o mazana


  1. Poner a calentar una pava con un poco de agua.

  2. Pelar la cebolla y cortarla muy finita.

  3. Colocar los condimentos de los pickles, el vinagre, más la sal y el azúcar y mezclar con la cebolla picada.

  4. Agregar 1 taza de agua hirviendo por encima, mezclar y dejar reposar hasta terminar la receta.

  5. Para el salmón, encender el horno a 190° y poner a calentar una sartén de hierro o acero a fuego medio.

  6. Es opcional, pero las semillas quedan muy bien si se muelen un poco en un mortero. Luego volcarlas en un plato.

  7. Apoyar el salmón del lado de la carne sobre las semillas.

  8. Una vez caliente la sartén, subir el fuego y apoyar el salmón del lado de la piel, salpimentar y cocinar por unos 5 minutos.

  9. Llevar la sartén al horno caliente y cocinar 10 minutos más.

  10. Para servir, escurrir las cebollas y disponer junto al trozo de salmón bien caliente y una ensalada de su elección.

 




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